CASTILLOS

sábado, 30 de mayo de 2009


Con sus palabras mágicas edificó un castillo. Muralla por muralla, almena por almena, bodega por bodega y calabozo por calabozo. Habló de un foso con agua, la puerta de entrada, la capilla y la torre de homenaje donde vivía la familia real. Nos contó la vida de un príncipe, y se le aguaron los ojos porque apareció una princesa. Fue un amor a primera vista que los llevó a caminar por la campiña cogidos de la mano, a beber de los arroyos que visitaban, a contar estrellas traviesas al filo de la noche. Cuando se hartaron de amor se casaron como lo hacen los nobles. Apenas se bajó de la tarima lo miramos con nostalgia, pues a los castillos también se los lleva el viento.