1948
No había armas sofisticadas
ni con silenciador
para ponerle guante a la muerte
Los pueblos encerrados
y lo que mande el gamonal
Las cabezas
con masa de aserrín
y crucifijo en el cuello
La tierra mal repartida
y el dinero en unos pocos
El odio servido sobre la mesa
esperaba
a su majestad
el machete
y se hizo luto en la
conciencia negra
de Colombia